Presentación

Ubicado en el extremo suroeste del Parque Nacional Cerro Castillo, el cerro Puntudo se levanta en medio de una serie de agujas de menor tamaño, extendiendo una invitación permanente a aquellos que con buena vista y algo de imaginación, buscan alternativas al siempre cotizado cerro Castillo.

Este cerro domina un pequeño circo glacial, donde como en muchas otras montañas del sector, los visitantes son escasos. Su blanca falda contrasta drásticamente con la bella torre de granito fracturado que termina en su diminuta cumbre. Son unos 80m de escalada que es posible abordar por cualquiera de sus diversas líneas de variable dificultad. La ruta más lógica para acceder a su cima transcurre por su flanco noreste, el que se remonta superando una zona de morrenas, neveros y finalmente el glaciar, progresando siempre en dirección suroeste hasta detenerse bajo la atractiva silueta de su cumbre.

El mejor acceso para acercarse a los flancos de la montaña lo constituye el valle del estero Parada, para lo cual es necesario trasladarse inicialmente hasta la villa Cerro Castillo, ubicada a unos 100km al sur de Coyhaique. Poco antes de alcanzar el ya mítico campamento Neozelandés habrá que desviarse hacia el Oeste, remontando las aguas de un furioso riachuelo que nace en las entrañas de un valle formado por los cerros Palo y Puntudo.

La historia deportiva de la montaña nace con el primer ascenso absoluto llevado a cabo el año 1966 por los montañistas chilenos Osvaldo Latorre, Antonio Marcel, Gastón Oyarzun y Raúl Aguilera. El segundo ascenso llegaría 10 años después por parte de los neozelandeses John Mayrick, Mick Searle, Tom Clarkson y Amber Clarkson.

Referencia

• Buscaini, Gino y Metzelin, Silvia (1998), "Patagonia, Tierra Mágica para Viajeros y Alpinistas", editorial Carbaccio (pág. 189).