Raimundo de Andraca y Diego Sáez, ambos escaladores y montañistas chilenos han logrado desentrañar la Pared Sur del mítico cerro El Brujo(4.460 m.), por la vía que han abierto y bautizado como la Arista Sur del Brujo (M5, WI3, 5.8), con una escalada de 2.300 metros de desnivel. Entérate de todo a continuación.
Ubicado en la zona del Glaciar Universidad, región de O’Higgins, Chile, el cerro El Brujo y la Sierra del Brujo en su totalidad está compuesta por grandes torres de granito fácilmente visibles a gran distancia.
La cordada estuvo compuesta por los escaladores Raimundo de Andraca, guía de alta montaña UIAGM-IFMGA, y Diego Sáez, aspirante a guía de alta montaña UIAGM, que el 1 de noviembre de este año (2025) comenzaron la épica aventura que involucraría pasar dos noches colgados en la pared para completar los 2.300 metros de escalada.
En un comienzo la escalada llevó a la cordada chilena por fisuras que no superaban el quinto grado, para luego dar paso a escaladas más técnicas, mixtas y algunas cascadas de hielo, hasta alcanzar la cumbre a 4.460 metros.

Conversamos con Raimundo en exclusiva para conocer en detalle cómo fue el ascenso y apertura de esta vía que han llamado Arista Sur del Brujo, una ruta definida con escalada variada y continua por granito de alta calidad.

Andeshandbook: ¿Cómo surgió la motivación para ir en busca de esta línea?
Raimundo: Yo fui la primera vez el 2018 a la zona y siempre había querido ir al glaciar Universidad a escalar las Torres del Brujo. El “Pera” (Pere Vilarasau) y Andrés Zegers me habían hablado del lugar. Ambos son bien amigos míos, mentores, ellos me hablaron de la zona y yo tenía muchas ganas de ir.
Habían problemas con el acceso –como siempre- y finalmente el 2020 pude ir la primera vez, en invierno por una expedición de The North Face, donde estuvimos 25 días allí. Fuimos a esquiar y escalar un poco y fue la primera vez que vi la línea de El Brujo y que la conocía porque se hablaba de que era uno de los grandes problemas de los Andes centrales que todavía no se resolvía. La vi en invierno, entonces la vi sin mucha expectativa de escalarla en ese momento; pero siempre me quedó ahí dando vueltas.
Después volví muchas veces, voy harto al Glaciar Universidad. He abierto otras líneas de granito en las torres de abajo y tenía ganas de ir. En un comienzo iba a ir con Andrés Zegers, el año pasado, pero se cayó. Este año Andrés finalmente se complicó y terminé yendo con Diego (Sáez). Esta motivación viene desde la primera vez que fui.
Cuando uno entra al valle, 30 kilómetros afuera de la zona del Glaciar Universidad ya se ve El Brujo y esta línea que es una línea natural en la vertiente Sur que desde el día 1 me dejó loco y tenía ganas de darle. No había información alguna, nadie se había metido y ese era el principal crux y nos armamos de valor para ir, en un comienzo con el Nico Negro y nosotros dos, pero al final el Nico no pudo ir por razones personales y terminando siendo dos.

Andeshandbook: Además de estar yendo a lo desconocido, ¿cuál fue la parte más difícil de superar en la ruta completa, ya sea en la aproximación como en la escalada misma?
Raimundo: El primer día llegamos temprano y estuvimos dos días enteros mirando la línea. Básicamente estuvimos agarrando puntos de referencia, porque es MUY grande, son 2.300 metros entonces es difícil tener una línea específica.
Obviamente iba a haber incertidumbre pero uno va poniendo puntos de referencia como cascadas, zonas de resaltes más verticales, neveros, para hacerse la idea, entonces nosotros con el Diego, en dos días teníamos bien clara una línea. Fuimos a caminar a distintos lados para tener distintos ángulos, fotos, etcétera.
Al final teníamos la línea más o menos clara, sobre todo 2/3 de la línea.

La parte alta era la incertidumbre máxima porque era muy grande, muchas paredes, muchas opciones y fue como “bueno, al menos la parte baja y media la tenemos más o menos clara y la parte más alta será la incertidumbre máxima”. Resultó que le entramos súper bien a la línea, empezamos escalando con zapatillas de escalada: largos de diedro, de roca roja de gran calidad y después conectamos unos neveros, luego unos largos mixtos y después llegamos al primer vivac que fue una terraza bien aérea antes de una cascada de hielo que decidimos escalarla a primera hora del día siguiente por las condiciones.

Yo te diría que los largos crux, lo más difícil fue una seguidilla de largos mixtos que eran verticales, técnicos y el problema principal era que había una nieve azúcar sobre el granito, entonces había que limpiar. Además, la protección era con clavos, con pitones planos, lo que lo hacía bien psicológico, con mucho run-out (distancia entre seguro y seguro).
Esa seguidilla de largos fue el crux.

Después, en la cresta final también porque era bien extenso y bien aéreo. Había que decidir si nos íbamos por la izquierda o la derecha de la torre, navegar por ahí… Nos equivocamos un par de veces, hubo que descoser unos largos, volver a la R, entrar por otro lugar…
Lo bueno es que no dejamos nada en la pared y es algo que a mí me interesa hacer. Entramos y salimos y nos llevamos todo. Cada clavo, cada stopper lo sacamos, todo. No quedó nada en la pared.

Andeshandbook: ¿Qué es lo que te motiva a abrir rutas?
Raimundo: Más que hablar de mí, hablaré de nosotros, porque tenemos un grupo pequeño de varios amigos que nos motiva a abrir rutas porque al final hay muchas cosas que quedan pendientes.
Yo me voy en el análisis que todavía está lleno de líneas naturales por abrir y hay que hacerlo. Es algo que es lógico para mí y para mis amigos, y es en lo que hemos estado todos estos años y es genial porque vas descubriendo lugares nuevos, con potencial nuevo. La zona del glaciar Universidad, por ejemplo, que es un lugar de alto impacto, la Patagonia de la zona centro.
Tenemos una oportunidad grande de poder tener AÚN varias líneas y potencial por abrir en general en el montañismo acá en los Andes. Imagínate como es en los Alpes o en Alaska, acá todavía tenemos muchas joyas por descubrir y eso es lo que a mí me motiva mucho que en general en Chile hay un sinfín de líneas por abrir y siguen ahí esperando.
