Así lograron chilenos el ascenso récord al Monte Sarmiento en Magallanes

Intrigados por saber los detalles de la más rápida ascensión nunca antes realizada al mítico Monte Sarmiento (2.246m), ubicado en el extremo sur de Chile, conversamos con Hernán Rodríguez, quien nos contó los pormenores de esta increíble ascensión en solo 5 días.


Llevamos unos días coordinando una entrevista con Hernán Rodríguez (HR), montañista y escalador chileno que hace un tiempo vive en Puerto Natales. Su estilo de vida, permanentemente en las montañas, dificulta esta entrevista que intentamos llevar a cabo en una reunión remota, y que al fin logramos concretar.

El Monte Sarmiento (2.246 m.) es una montaña mítica y mística de la región de Magallanes, Chile. Verla, incluso desde lejos, ya es todo un espectáculo, ya que se encuentra la mayor parte del tiempo oculta tras un velo nebuloso de nubes que guardan su belleza. Muchos la han intentado, incluso esperando meses una buena ventana, el momento ideal para ascenderla, pero solo cuatro cordadas lo han logrado y sólo una de ellas ha sido íntegramente chilena.

Aquí te contamos todo lo que debes saber de cómo se realizó este expedición en mayo de 2024.

AHB: ¿Cuánto tiempo les tomó la preparación para realizar este proyecto?

HR: En esta expedición en particular, la logística nos tomó entre dos o tres semanas. Principalmente, lo más difícil es conseguir la navegación. Es una embarcación que te lleva hasta ese lugar es una embarcación comercial que es carísima, entonces el Nico Secul que es local de acá de Magallanes, se consiguió un contacto con unos amigos de Conexiones Marítimas (que así se llama la empresa) y con ellos logramos algo así como un arreglo, nos cobraron mucho más barato que cualquiera de las otras embarcaciones que nos podía llevar y lo bueno es que nos depositaron en la bahía de la cual nosotros partimos el pegue, desde la Playa Bardonecchia, una playa histórica que es desde donde desembarcaron también el equipo de Ragni y ahí hay un campamento muy antiguo, en medio del bosque. Entonces ese era nuestro punto de partida y eso era lo difícil de planificar: llegar a conseguir esa embarcación.

Ahora, llegar a conseguir esa embarcación y llegar a conectarla con una buena meteo era dificilísimo.

Luego, con respecto al entrenamiento, no hubo un entrenamiento en particular, sino que la propia experiencia que llevábamos. El Monte Sarmiento es una montaña icónica en la Patagonia para cualquier montañista, así que yo creo que la preparación mental y física estaba con la experiencia de las cosas que hemos hecho con los años.

Nico y Hernán remontando un nevero en dirección a un tobogán de hielo vertical, lo mejor de la ruta. Foto: Cristóbal Señoret

AHB: Es decir, no hicieron un entrenamiento como tal, sino con el mismo estilo de vida que llevan, estar escalando permanentemente, tenían esa parte cubierta.

HR: Claro, es el estilo que los tres (Tola Señoret, Nico Secul y Hernán Rodríguez) intentamos mantener que es estar entrenados, ojalá, constantemente. Más que ponerse un objetivo y entrenar a fondo para ese, estar entrenados constantemente porque hay veces que los pegues como éste salen así, de la nada.

A mí, los muchachos me avisaron dos o tres semanas antes. Esperamos la ventana, que finalmente no fue tan buena, se cayó. Esperamos ahí, en la nebulosa hasta que de repente vimos que asomaba una ventana linda los primeros días de mayo y fue como “ya, esta es la nuestra, hay que zarpar”.

Estar listos para la ventana es un estilo que hay que mantener acá en Patagonia porque las ventanas son súper fugaces y a veces son burbujas de mentira que se caen, entonces es difícil proyectarse a muy largo plazo. Hay que ser un poco más volátil y estar preparados para todo.

AHB: ¿Cómo se documentaron acerca de la montaña y acerca de la ruta?

HR: Nuestra gran fuente fue Camilo Rada con Natalia Martínez; ellos fueron la expedición chilena previa que hizo cumbre en la cima principal en invierno del 2013. Ellos fueron nuestra principal fuente de documentación. Además, todo lo que pudimos encontrar en internet nos ayudó bastante, como la revista En Patagonia, pero esta revista en particular es narrada, no tiene muchas fotografías de los accesos.
Yo te diría que uno de los grandes crux del Monte Sarmiento, no es la escalada en sí, sino que llegar al pie de la montaña: tienes que atravesar una selva de bosque importante. Perderte en esa selva te puede llevar horas metido en el bosque y es súper desesperante, caminas súper lento, te entierras con el barro, te rompe la ropa… Nosotros ahí y gracias a este amigo teníamos entendido que los Ragni en su momento, habían abierto una senda. Marcaron con machete en los costados y de alguna manera teníamos que encontrarlo. Logramos encontrarla y también se nos fue perdiendo a medida que íbamos avanzando por el bosque. Pero, gracias a esa información que logramos recopilar: fotografías, mapas y GPS, pudimos acceder y cruzar el bosque y logramos recalar en esta playa de la cual no hay ningún mapa donde esté marcada, o no hay información tan clara. Todo un poco al ojo, por fotos, por satélite, por GPS. Una mezcla de información.

AHB: Sabemos que es una gran montaña, pero ¿por qué proponerse el Monte Sarmiento?

HR: El Monte Sarmiento es una montaña icónica de acá, de la Patagonia. Es una montaña muy esquiva. Como lo señala su historia, poca gente ha logrado su cumbre, pero muchos lo han intentado y han pasado meses ahí intentando, al menos, llegar al glaciar. Expediciones que han estado 40 días allí y ni siquiera han podido ver el cerro. Todo esto, lo hace estar inserto en un aura medio mística. Además, el Nico (Secul), uno de los precursores de esta idea, es local de Punta Arenas, entonces veía esta montaña desde muy niño ahí al frente, y cuando empezó a hacer montaña era uno de los objetivos, yo creo, de vida.

Nico nos compartió esta idea y yo me motivé inmediatamente, no tuve ni una duda, a pesar de que no sabía tanto de cómo era la logística. Una vez que se me presentó el proyecto yo me motivé “de cabeza” porque sabía lo difícil que es llegar ahí, entonces que ya hubiera avances en la logística ya fue como “vamos, de todas maneras”.

AHB: Cuéntanos un poco de la ruta ¿dónde estaba o cuáles fueron las partes más difíciles? ¿qué tipo de terreno tuvieron que enfrentar?

HR: En el approach (aproximación) encontramos turba y bosque. El primer gran crux fue encontrar el inicio del sendero. Por suerte, esa disyuntiva la rematamos súper pronto. Una vez que el barco nos dejó en la playa, bajamos con todas nuestras cosas y nos pusimos a bordear la playa hasta que encontramos el campamento y en breve ya encontramos la senda que los primeros 2 kms. Fue súper fácil de seguir y de ahí en adelante se puso bastante tupido. Perdimos la senda y, entre buscarla y no buscarla, decidimos continuar y de repente la encontramos de nuevo. Pero hubo un punto en que se nos había perdido definitivamente. Lo que sabíamos era que teníamos que montarnos en un lomo que se veía de lejos y que le sacamos fotos, porque justo cuando entramos estaba despejado. Luego, cuando estábamos caminando y saliendo del bosque teníamos que encontrar el acceso al campo glaciar el cual tiene un acceso que es sumamente fácil: entras caminando, pero si le erras tienes que rapelear ya que tiene unas paredes bastante verticales y bastante grandes, alrededor de 200 metros. Entonces, nuestro primer campamento, por temas de visibilidad fue en un filo que ya lo veíamos 100 metros hacia delante y en el cual estábamos protegidos con unas roquitas. Al día siguiente, en la mañana despejó un poco y nos dimos cuenta de que estábamos errados, entonces tuvimos que devolvernos un poco más atrás y logramos entrar al gran campo glaciar. Ese fue como el segundo crux: primero el bosque y después entrar al campo glaciar.

Nico Secul atravesando el crux de la Rimaya. Foto: Cristóbal Señoret

Ya en el campo glaciar, estaba todo bien. Estaba bastante tapado con nieve, con grietas grandes que se veían de lejos, incluso sin seguro. En la tarde se nos tapó e hicimos un segundo campamento y ahí, el tercer crux, al día siguiente fuimos a montarnos a la ruta y hay una rimaya gigante que lideró Nico Secul, sin mucha protección, que ese yo diría que fue otro de los grandes crux, es decir al empezar la ruta. Esta rimaya muy grande que el Nico logró sortear, con una valentía y coraje tremendo porque había una grieta gigante a sus pies que daba mucho miedo y desde aquí hubo un par de largos que lo más complicado era encontrar una reunión, un anclaje solvente para poder traer al resto de la cordada.

En un momento, del hielo pasas a un tipo de escarcha, similar a la que se encuentra en el cerro Torre, que no te permite hacer anclajes muy seguros. Hay que entender que estos son lugares donde no te puedes caer, en los que no hay espacio para errores.

Yo te diría que esos fueron los crux: atravesar el bosque, encontrar el acceso al campo glaciar y el primer largo de la rimaya, junto con un par de reuniones ya terminando la parte del hielo sólido, que esta escarcha que es súper poco protegible.

Nico Secul, José Pepe herrera, Hernán Rodríguez, llegando al campo alto. Foto: Cristóbal Señoret

AHB: ¿Cómo describirías la convivencia de la cordada?

HR: La expedición en sí, a parte de los tres montañistas que éramos Tola, Nico y yo, iba otro compañero. Básicamente nos fue a apoyar y que lo necesitábamos porque, primero en la navegación nos exigían cuatro personas y es un muy buen amigo, que si bien él no es alpinista le encanta andar en el monte y que también nos ayudó un poco con el peso. Íbamos todos con raquetas, aparte de todo el equipo de montaña y de campamento.

La convivencia fue espectacular. Nico y Tola son amigos hace muchos años, yo los he ido conociendo ahora con el tiempo que estoy viviendo en Puerto Natales y la verdad es que aparte de ser grandes alpinistas son muy buenas personas, gente súper humilde que vibra por la montaña y que más allá de cualquier tipo de fama, lo que les apasiona en realidad es los lugares lindos que podemos conocer gracias a esta pasión. Lugares únicos que si no tuviéramos esta pasión y esta capacidad de tener las ganas de mejorar y ser mejores alpinistas cada vez, son lugares a los que no llegaríamos y a los que no llega mucha gente.

Esa sensación es única.

Hay que agradecerle también a la Pachamama porque nos deja entrar y salir sanitos, porque hay momentos en los que en realidad da lo mismo que tan bueno seas o qué tan buenas decisiones tomes, hay cosas que uno no maneja.

La convivencia nunca fue mucho problema, los chicos son, realmente, buenas personas. Fue increíble, lo pasamos súper bien.

Nico Secul sorteando los hongos en la primera mitad de la pared. Foto: Cristóbal Señoret

AHB: Claramente,lo anterior aportó al éxito de la expedición…

HR: Totalmente, yo creo que en expediciones así la idea de hacer algo rápido y liviano (estilo alpino) es clave la buena convivencia y confiar. La mejor manera de ver la montaña es en confianza con tu compañero, creo que es clave.

AHB: Cuéntanos un poco del equipo: ¿Qué equipo llevaron? ¿Les faltó algo?

HR: Aportó mucho la experiencia de Tola y Nico en particular, que son montañistas con bastante más experiencia que la mía. Elegimos súper bien el equipo entre todos. Decidimos llevar raquetas en vez de esquíes, lo cual fue una gran decisión ya que llevar esquís es un pero importante, además de todo el equipo que ya estás llevando, Nosotros llevamos: 2 cuerdas gemelas, 2 rack de tornillos, alrededor de 10 tornillos y un par de estacas también llevamos (2 ó 3). El equipo es bastante minimalista porque sólo hay hielo y nieve, no hay roca.

Lo que sí llevamos y que fue súper acertado para los rapeles de vuelta, en la parte de la escarcha, al no haber hielo sólido no puedes hacer abalakov, por ende, la forma de bajar es con sacos de papa o cualquier tipo de saco, una bolsa seca por ejemplo, que tú la llenas de nieve y la entierras y haces un deadman y no hay otra opción más que a la chilena o a la andina: saco de papa…

Deadman

También llamada “anclaje de nieve” es la técnica de enterrar un objeto en la nieve y usarlo de anclaje natural.

Abalakov

El Abalakov, llamado por su creador Vitali Abalákov, es un anclaje en hielo en forma de V.
Puede ser utilizado para el descenso en rappel o para protección en la escalada de montaña y hielo.

Cuando ya llegamos al hielo duro hicimos abalakov.
Lo que si nos sirvió muchísimos fue ponerle una especie de alitas que les fabricamos a los piolet y que se enganchan con unos tornillos al piolet, dándole una superficie al piolet y le permiten entrar en esta nieve, dándole más solvencia y generando una resistencia mayor para poder escalar mejor la escarcha que es muy difícil escalarla, es hielo no consolidado.

Estas “alitas” sirvieron bastante en el primer largo y fueron una gran ayuda.

Hernán entrando a la verticalidad del hielo y la escarcha. Foto: Cristóbal Señoret

AHB: ¿Cuántos días se demoraron en la expedición?

HR: Nosotros hicimos 4 noches, 5 días de Punta Arenas a Punta Arenas, algo que es súper diferente con respecto a las ascensiones que se han hecho anteriormente. La más corta quizás fue la de Camilo Rada que se demoró alrededor de 3 semanas, el equipo de Ragni estuvo como 40 ó 50 días y por eso este ascenso, de 5 días, fue tan particular en ese sentido: fuimos y volvimos en una ventana y súper rápido y livianos dentro de lo posible.

Lo bueno es que los chicos de Conexiones Marítimas nos dejaron en la playa y navegaron en la embarcación hasta el otro lado de la bahía –para estar protegidos- y nos esperaron. Llevaron leña, comida y Starlink, así que podían hacer sus cosas ahí, mientras nosotros hacíamos el pegue.

El timing fue increíble porque si nosotros nos hubiésemos demorado cinco horas más en bajar, no hubiésemos podido salir de ahí porque venía una tormenta que empezó cuando estábamos llegando a Punta Arenas.

La logística, el timing y la ventana fueron como si lo hubiésemos mandado a pedir. Fue todo súper justo.

AHB: ¿Volverías a escalar esta ruta de la montaña o al monte Sarmiento?

HR: Al cerro Sarmiento yo iría de todas maneras de nuevo, bajo las mismas condiciones, no haría una expedición a la antigua, creo que no es el estilo de expedición que nos gusta hacer a nosotros; sin embargo, no iría a la misma cumbre. Si vuelvo a ir me gustaría ir a la cumbre principal o abrir una ruta nueva. Por ejemplo, la ruta que abrieron Camilo Rada y Nati Martínez es espectacular, me saco el sombrero por ellos, además de ser muy buenos exploradores, unos titanes.

Hernán llegando a la cumbre en una noche estrellada sin nubes, un espectáculo. Foto: Cristóbal Señoret

AHB: ¿Tienes algún otro proyecto en mente a corto o largo plazo?

HR: Si, bueno, hemos estado abriendo un montón de nuevas rutas en roca, dentro del Parque Nacional Torres del Paine. Hay una cantidad impresionante de rocas y hay que atreverse no más. Ahora hay más chilenos que visitan el Parque y abren rutas, mucha gente joven, lo cual me parece genial.

Lo que me ha motivado a hacer montaña, a tomar estos desafíos es ver a gente, a amigos, a cercanos que va y rompe estos portales estos mitos de cosas que no se pueden hacer, con entrenamiento y pasión, siguiendo todos los pasos, nunca saltándoselos. Un intento es igual de válido que una cumbre.

Finalmente, quiero agradecer a los muchachos de Conexiones Marítimas, a Camilo Rada y Nati Martínez por ser tan buena onda de entregarnos información, agradecerle también a mi cordada a Tola y Nico por haberme invitado a esta linda expedición y haber vivido estos momentos. También agradecerle a Pepe, que no ha aparecido en ningún reportaje pero que también fue parte y agradecerles a ustedes por el interés de difundir este tipo de cosas.

Si quieres saber más sobre esta montaña, acá te dejamos el link: