Ficha Resumen
Información general
Cerro Pellejo
Acceso con restricciones
Ubicación: Chile, Región del Libertador Bernardo O'Higgins
Chile, Región del Maule
Sector: Alto Huemul
Ciudad más cercana: San Fernando
Altitud:
2767 m. IGM (Hoja Sierras de Bellavista)
2766 m. GPS
Primeros ascensionistas:
Sin registro
Coordenadas:
Lat: -34° 55' 26" (WGS 84)
Lon: -70° 41' 7.1"
Media Montaña
Área protegida
Rutas
Libro de cumbre
Último Publicado
Primer colaborador: Álvaro Vivanco
Rutas: Normal desde la Casa Rodante, Cara Norte desde el Roble Grueso
Publicado el 19/04/2011
Ubicado en la frontera entre las regiones del Libertador General Bernardo O’Higgins y del Maule, y fácilmente accesible desde el parque privado Alto Huemul, el cerro Pellejo, junto a su vecino Pellejito, ofrece una de las mejores alternativas para los visitantes de esta zona. Con diferentes atractivos durante todo el año, su relativamente fácil ascenso por el día puede ser complementado con una visita a su vecino 20m más bajo. La recompensa al esfuerzo es una grandiosa vista llena de volcanes, destacándose hacia el norte el Tinguiririca con su enorme cono, mientras que un poco más al oeste el gran Palomo, junto al Alto de los Arrieros y al grupo del Brujo captan la mirada. Hacia el este la panorámica no es menos interesante, destacándose el Sordo Lucas y la torre Santa Helena. Quien dirija la vista hacia el sur no podrá dejar de sorprenderse con el maravilloso grupo volcánico formado por el Planchón, Peteroa y Azufre. En días despejados incluso es posible divisar a la distancia el volcán Descabezado Grande.
Especialmente hermoso resulta visitar el Pellejo durante los meses de otoño, cuando el bosque de robles que está a sus pies se transforma en un espectáculo de colores dominado por las tonalidades rojas. A su vez, en invierno, cuando está todo nevado, el aspecto cambia y presenta características de alta montaña, permitiendo hacer una gran travesía por la cordillera Rubiana.
Pareciera ser que el curioso nombre de este cerro tendría su origen en la tradición de los arrieros del sector, que solían encontrar a los animales que se aventuraban por estas pedregosas alturas apenas con su pellejo y casi nada más.