Presentación

Al interior del cajón del estero El Extravío, tributario del río Maipo, se ubican varias cumbres y montañas inescaladas y desconocidas para una gran mayoría de montañistas. Una de ellas es el cerro Morado enclavado en el cordón del Extravío que colinda hacia el Oeste con el cajón del río Coya, al norte del campamento minero de Sewell en la comuna de Machalí. 

El cerro Morado es una montaña que promedia con sus vecinos los tres mil seiscientos metros sobre el nivel del mar. Está en el filo limítrofe de las comunas de Machalí y San José de Maipo, justo al norte del cerro Negro. Hacia el Este forma el circo de lagunas donde nace el estero El Extravío. La cara más expuesta es la occidental que es visible desde el valle de Rancagua, sobresaliendo su figura piramidal y el canalón que se acumula de nieve durante el invierno. Tiene dos accesos: el primero, está restringido industrialmente ya que el río Coya en el sector de Sewell pertenece a los terrenos de la mina El Teniente de Codelco. El segundo acceso tiene menos restricciones por el río Maipo, a la altura de la desembocadura del río Claro. 

La primera ascensión fue realizada en el verano de 1971 por Augusto Figueroa, Nibaldo Leyton y Guillermo Cáceres, socios fundadores del Club Andino de Rancagua. En esos años, se trasladaron en un autocarril de la Sociedad Minera El Teniente hasta Sewell, y luego aproximaron caminando hasta el nacimiento del cajón del río Coya, lugar donde se encuentra la base occidental del cerro. Atacaron la cumbre por la arista norte que tiene una pendiente menos inclinada. Actualmente, en Sewell existen varios caminos habilitados para vehículos 4x4 que se internan por el cajón del río Coya y la quebrada El Teniente. Estas huellas zigzagueantes llegan hasta las lagunas del Extravío para el acceso a las faenas de captación de aguas en los meses de verano. 

El cerro Morado está en línea hacia el Oeste con el cordón Chapa Verde, principalmente con el cerro La Cruz del Muerto Huachuchero que colinda hacia el Este con el río Coya. Desde su cumbre se aprecia el volcán San José, y los cerros Coya, Mirador del Extravío, Azul, Las Vizcachas, Negro y Diablo. Su textura negruzca y púrpura le dieron el nombre de cerro Morado por los primeros habitantes de Sewell que exploraron esas montañas a partir del año 1900. Por tratarse de un lugar cordillerano donde la entrada era controlada y limitada sólo a los trabajadores y mineros de Sewell, algunos nombres de cerros como el Coya, Morado, Negro y Diablo, no figuraron en la cartografía oficial salvo sus respectivas elevaciones, pero eran conocidos por los lugareños y montañistas rancagüinos que visitaban la zona cuprífera de El Teniente. 

Referencias: 

• Archivos históricos de Augusto Figueroa, fundador del Club Andino de Rancagua (1958).
• Conversación con Guillermo Cáceres Moncada (2020).