Las últimas lluvias ocurridas en la Región Metropolitana, no dejaron indiferente a nadie. Damnificados, zonas emblemáticas inundadas y cortes de agua generalizados, que dejaron a una importante cantidad de santiaguinos sin agua potable, fueron la tónica de mediados de abril. Y es a este último hecho, al que es importante referirse, ya que para poder entenderlo, no es suficiente solo con mirar las noticias. Y por supuesto, es la tarea que tiene un grupo de investigadores de la facultad de Agronomía de la Universidad Católica, liderados por el profesor Luca Mao.

Las precipitaciones ocurridas el fin de semana de mediados de abril, tuvieron una característica que las hizo más problemáticas para el ser humano. Llovió en zonas más altas de la Cordillera, producto de la alta temperatura ambiental (y también, alta isoterma). Como la lluvia es más erosiva que las precipitaciones en forma de nieve, este fenómeno, produjo que una mayor cantidad de sedimentos sólidos (tierra, materia orgánica, entre otros) llegaran a los cauces de esteros y ríos, los cuales fueron arrastrados en altas cantidades. Esta cantidad de sedimentos es medida por una unidad llamada UNT (Unidad Nefelométrica de Turbidez).

 
En el evento ya ocurrido, los niveles de turbidez en los ríos Maipo y Mapocho, llegaron a sobrepasar ampliamente las 65.000 UNT (Esquivel, 2015). Esto provocó que muchas plantas de agua potable tuvieran que detener sus procesos, para evitar dañar los sistemas internos de estos.

En base a estos hechos, mucha gente, incluyendo algunas organizaciones, acusaban a diversos proyectos (Alto Maipo incluido) de ser los culpables de aumentar considerablemente la cantidad de sedimentos. Si bien es verdad que esto pudo haber ocurrido, lamentablemente, no es posible asegurarlo aún, ya que se carece de evidencia seria al respecto.

También es muy probable, que en este evento en específico, los niveles de turbidez hayan aumentado de esa manera, aunque no hubiese proyectos en construcción, ya que la cantidad de precipitación líquida caída en las partes altas de la Cordillera, si fue abundante. Fue una simple consecuencia de un hecho natural.

Ahora bien, proyectos como Alto Maipo - que como actividad humana, genera impactos negativos sobre el medioambiente- probablemente también influyó en los aumentos en los niveles de turbidez, ya que efectivamente, están removiendo suelos. Sin embargo, ¿Qué tanto influyó? Es la pregunta clave. Lamentablemente, en la actualidad, no poseemos evidencia seria para responder a esta pregunta.

 

Sin embargo, las investigaciones que en este momento son realizadas por un joven grupo de investigadores de la UC, quiere ayudar a generar nuevos conocimientos en esta área de la ciencia, la hidrogeomorfología.

Alejados de la influencia de esta lucha entre empresas hidroeléctricas y organizaciones ecologistas, la ciencia intenta despejar el camino de las dudas. Personas como Joaquín Lobato y Ricardo Carrillo, principales aliados de Luca Mao en estas investigaciones, buscan por medio de múltiples observaciones en terreno, experimentos y toma de datos, encontrar y entender de qué manera se relacionan matemáticamente, los caudales de un cauce –rio, estero u otros- y la cantidad de sedimentos que arrastran, bajo diferentes condiciones. Estas incluyen por ejemplo, las precipitaciones líquidas en la parte alta de la cordillera.

Sin embargo, estas investigaciones no solo buscan entender el comportamiento de los sedimentos en un rio por el solo hecho de saber cuánto arrastrarán aguas abajo, sino que intentan ir mucho más allá.

Si se logra crear algún modelo matemático, que permita lograr predecir el comportamiento de un cauce de agua bajo distintas y cambiantes condiciones atmosféricas (precipitaciones, temperatura, entre otras), se logrará contar con una importante herramienta para el control y prevención de desastres naturales.

Modelos de este tipo, podrán ayudarnos a predecir cuándo un pronóstico de lluvia puede suponer un peligro por la generación de aludes, cuando una cierta cantidad de lluvia precipitada, podrá suponer un peligro para las infraestructuras existentes, como puentes, compuertas y canales. Cuando la lluvia que está pronosticada, suponga un peligro para la población que vive cerca de zonas de riesgo, como quebradas.

De esta manera, con estos modelos matemáticos más precisos, será posible actuar de manera mucho más específica y concreta frente a los riesgos naturales que pueden ocurrir; y para los cuales la investigación científica nos aporta mucho en su entendimiento y desarrollo de soluciones. 

Fuente

 

• Esquivel Christian, Contacto de Prensa Aguas Andinas. Noticias Corte de Suministro, Santiago, 16 de Abril. Recuperado de: https://www.aguasandinas.cl/noticias/historico-noticias/corte-de-suministro