Con mi padre siempre mirábamos el cerro desde la casa con anhelo de algún día llegar a la cumbre... hasta que llegó el gran día! Nos imaginábamos que por el nombre no sería un cerro tan angelical, así que decidimos dejar en casa a nuestra querida gordita perra "Nunatak" y solo llevar al atlético rottweiler "Tanque". Nos gusta la aventura y descubrir rutas nuevas así que decidimos abrir un camino nuevo para nosotros.
Caminamos por laderas empinadas durante 4 horas aprox. piedra suelta, sol fuerte, calor, cansancio... hasta llegar a la cima. Que magnífico! Hermosa vista, cerros nevados, nieve en la ruta, sentimiento de felicidad, descanso. Luego de almorzar un rico snack empezamos a bajar. Nuevamente mucha piedra suelta pero ahora mezclado con nieve... menos mal llevamos solo al Tanque! Una bajada que requería más técnica y concentración. Finalmente después de 8 horas llegamos abajo, felicidad! Qué gran logro! Muy recomendado...