Ficha Resumen

Información general

Cerro Negro (del Plata)

Acceso libre

Ubicación: Argentina, Provincia de Mendoza

Sector: Cordillera Frontal, Cordón del Plata

Ciudad más cercana: Mendoza

Altitud:

5367 m. gps

Año Primera ascensión: 1944

Primeros ascensionistas:

Félix Fellinger (AR), Enrique Schimth (AR), Óscar Juárez (AR)

Coordenadas:

Lat: -33° 1' 48.4"
Lon: -69° 25' 26.9"

Rutas

Ruta

Dificultad

Libro de cumbre

Montaña

Cerro Negro (del Plata) (5367 m.)

Primer colaborador: pablo david gonzalez

Rutas:

Publicado el 13/08/2014

Presentación

El cerro Negro integra el grupo de “cincomiles” del cordón del Plata, en la cordillera Frontal de Mendoza. Durante muchos años, como el resto de las cumbres del cordón, su altura se sobrestimó, llegando en algunos mapas a figurar con 5800m. Hoy, gracias a la tecnología GPS, se sabe que no sobrepasa los 5400m. Es la cuarta cima más alta del cordón después del Plata, Vallecitos y Nieveros. Su perfil redondeado le da una apariencia de cumbre accesible, similar a otras de menor altura. Pero sus interminables laderas de roca suelta, terminan de convencer al andinista de la importante cumbre que está ascendiendo.

 

Está ubicado en la zona sur del cordón, en un filo perpendicular a la dorsal principal que divide la quebrada de la Angostura, al Norte, de la quebrada de Casas, al Sur. Este filo, que nace en la cumbre del Plata con dirección este, desde la cima del Negro se bifurca en dos rematando uno de los brazos en el Platita y el otro en el Morro Negro. Debido a su cercanía al Plata, su imagen siempre está asociada a la de su omnipresente hermano mayor.

 

A pesar de su importante altura, esta cumbre es menos visitada que otras más bajas, como el Franke, Lomas Amarillas o Rincón, dada su situación alejada a los refugios de Vallecitos.

 

La primera ascensión fue realizada el día 13 de octubre de 1944. La expedición estaba integrada por Félix Fellinger, Enrique Schimth, Óscar Juárez, Alberto Abraham, Pedro Pereira, José García, Francisco Ibáñez y Andrés Leyes. Luego de un par de días subiendo por las extensas pendientes del cerro y soportando fuertes vientos, llegan a la cumbre Fellinger, Schimth y Juárez. Recién lo logran al atardecer del tercer día, regresando al campamento a la madrugada siguiente. Cabe destacar que durante los días previos a la cumbre, a 4300m, sueltan palomas mensajeras para comunicar el progreso que iban logrando. Una de las aves alcanza en la misma jornada la ciudad de Mendoza, pudiendo comunicar las novedades de los montañistas. Es la primera vez que se utiliza este método de comunicación en el montañismo argentino.

 

El topónimo Negro es muy frecuente en los Andes, siempre relacionado al color de las rocas que componen el cerro en cuestión. En este caso, se trata de rocas del Carbonífero Superior (Paleozoico) que pertenecen a la formación El Plata. En base a la información disponible, no se ha podido confirmar si el nombre existía antes del primer ascenso.  

 

Este extenso cerro ofrece diferentes vías de ascensión, aunque en todas se deben transitar largos, suaves y monótonos pedreros. La ruta normal, parte desde la quebrada de la Angostura y se monta al filo a la altura del Morro Negro. Otras opciones para llegar a la cumbre es seguir el filo que lo une al Platita o subiendo directamente su vertiente norte, desde las nacientes de la quebrada de la Angostura. Una travesía pocas veces repetida es la del filo que une el Negro con el Plata, terreno que no ofrece grandes dificultades más allá de una larga ascensión en altura, transitando por uno que otro tramo fácil de nieve o roca. Más allá de la ruta elegida, este gigante del cordón del Plata premiará con una excelente visión de montañas, donde destacan la cercana cara sur del Plata, el volcán Tupungato al Suroeste y los Tres Mogotes que asoman intrigantes detrás del Nieveros.

 

Referencias

  • Archivo de relatos de ascensiones del Club Andinista Mendoza.
  • González, Jorge (2010). Historia del montañismo argentino, (pág. 77).
  • Magnani, Alfredo (2011). Club Andinista Mendoza: Tomo I, (pág. 117 y 118).